Una de las situaciones más temidas y cada vez más frecuente durante la práctica deportiva es la denominada muerte súbita .

Aunque el ejercicio físico se realice en la seguridad de encontrarse en las condiciones idóneas, aún así pueden surgir imprevistos como la aparición repentina e inesperada de una parada cardiorrespiratoria en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.

Por ello, la presencia de un desfibrilador en un polideportivo, pabellón o cualquier espacio en el que sea regular la práctica de una actividad física puede salvar la vida o aminorar las secuelas posteriores en una persona en situación de emergencia vital.

Instalar un desfibrilador y formar al personal en primeros auxilios no sólo aporta un valor añadido al centro sino que demuestra también un compromiso con los aficionados que asisten a los eventos deportivos. Todos se sentirán más seguros sabiendo que están en un Espacio Cardioprotegido, preparado tanto humana  como materialmente para evitar un desenlace fatal en caso de episodio de muerte súbita.